CONTÁCTENOS

    Las frases de la página principal están recopiladas en el texto Contra periodistas, del escritor y periodista Màrius Carol. Editorial edhasa.

    Con el Covid 19 ¿y el transporte marítimo?

    Por Róger Ríos Duarte.

    Coordinador del Programa Integral de investigación para el desarrollo de las ciudades Portuarias (PROCIP)

     Desde el inicio de la pandemia provocada por el Covid-19, hemos visto a diario, y por distintos medios, referencias al impacto en la economía mundial y en el comercio internacional, pero muy poco sobre lo que ocurre con el transporte marítimo y como ésto afecta a Costa Rica.

    Ya en el mes de febrero, el impacto del coronavirus en diversos sectores de la economía mundial se contaba por millones de dólares. En ese momento la International Chamber of Shipping (ICS), la principal asociación de comercio para la industria naviera a nivel internacional, valoraba pérdidas cercanas a los 350 millones de dólares por semana.

    Navieras y puertos, siguiendo recomendaciones de la Organización Marítima Internacional -OMI, tomaron medidas para evitar la expansión del coronavirus a través de los barcos, mercancías y pasajeros.

    Uno de los problemas provocados por el COVID-19 al transporte marítimo es el Blank seilling (viajes no realizados). Esto se debe a una fuerte disrupción en las cadenas de suministro. La producción en China se detuvo, y también la demanda en muchos países, lo que ha llevado a que algunos buques estén haciendo de bodega, y a que el tiempo de transporte y de entrega ya no sea tan urgente. Por esta misma razón, alrededor del mundo hay puertos que están haciendo de depósito de contenedores vacíos. En nuestro entorno vimos algunos efectos, como la baja de tránsitos por el Canal de Panamá, por donde se mueve la mayor parte del comercio entre China y EE. UU.

    La importancia del Canal para la región Latinoamericana y el Caribe, es que éste transito llega a otros puertos a hacer recaladas, y de ahí se generan ramificaciones en la distribución de mercancías.

    Las proyecciones para la industria marítima no son alentadoras, según el profesor Martin Stopford, la industria marítima debe asumir dos grandes retos en las próximas décadas –descarbonización y digitalización–, y a partir de esto, plantea tres posibles escenarios. El primero, llamado de “crecimiento tendencial”, supone una recesión leve, con recuperación en el 2023. El segundo escenario, de “crecimiento suave”, supone una recuperación en el año 2029 y, el tercer escenario, que plantea una crisis muy severa, nos lleva hasta el año 2047, y no se logra recuperar la normalidad en volúmenes de carga y dinámica del comercio, como la conocíamos antes del COVID-19.

    En el contexto generado por esta pandemia, se ha dado una disminución de un 17% en el volumen de carga movilizada por transporte marítimo.

    Para nuestro país representa una baja que por ahora no llega al 20%, con diferentes efectos en los segmentos vinculados en las cadenas de valor, pero, por otra parte, esta situación disminuye la congestión en puerto Caldera, y por lo tanto no se justifica la presión que ha hecho el actual concesionario (SPC) ni el INCOP, hablando de puerto colapsado, para buscar una continuidad de 30 años más. Si algo positivo trajo el COVID-19 a los puertos nacionales, es la oportunidad a la transparencia en el proceso de la licitación portuaria por ejemplo en Caldera.

    Los escenarios no son positivos, pero si el gobierno toma decisiones para beneficiar al país, y no a grupos específicos, seguramente lograremos salir fortalecidos de la pandemia.

    Etiquetas
    Sin comentarios

    Deja un comentario