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    Las frases de la página principal están recopiladas en el texto Contra periodistas, del escritor y periodista Màrius Carol. Editorial edhasa.

    Terremoto en UNGL: ¡mucho más que solo el costo de la afiliación!

    La renuncia de la Municipalidad de Cartago Cantón Central a la Unión Nacional de Gobiernos Locales fue la más mediática, pero no había sido la primera.

    El connotado alcalde brumoso, Mario Redondo, consiguió el impacto noticioso que quería: lo adelantó a través de su cuenta de tweeter y pocas horas después el Concejo Municipal lo aprobó.

    Transmisión en vivo por televisión (Multimedios) incluida, el exdiputado socialcristiano alegó que frenaba gastos no esenciales en tiempos de crisis nacional.

    No es la primera vez que este mismo año Redondo muestra su destreza política, sin ella no se explicaría cómo consiguió sacar al liberacionista Rolando Rodríguez de la alcaldía.

    Hay quienes en Cartago le atribuyen haber sumado a liberacionistas descontentos con las decisiones que había tomado el saliente alcalde brumoso.

    Pero antes de Cartago el Municipio de Atenas, liderado por el alcalde del Partido Unidad Socialcristiana, Wílberth Aguilar, se había salido de la unión.

    Aguilar enfrentó en las pasadas elecciones municipales al candidato por el PLN, Jorge Cruz, esposo de la Directora Ejecutiva de la Unión, Karen Porras, también subsecretaria verdiblanca.

    A la decisión de Cartago le siguieron Paraíso, Quepos, San Pablo, Moravia, Coto Brus, Liberia y Santo Domingo. Voces de DESDE LOS CONCEJOS apuntan a que en proceso de desafiliación también estarían Bagaces, Nandayure, Pococí y Guácimo.

    Pero una medida económica podría detener, por el momento, la estampida de municipios. La Junta Directiva de la Unión acordó reducir del 0.25% al 0.15% de su presupuesto (sin contemplar las transferencias estatales) el aporte anual de los municipios (e intendencias) a la Unión.

    Esta decisión deberá ser avalada por una Asamblea Extraordinaria que se realizará antes de que acabe el año.

    La Unión la justificó en la caída de ingresos que enfrentan las municipalidades por la pandemia.

    ¿Pero será la pandemia y el costo de la afiliación lo que realmente motiva las desafiliaciones de la Unión Nacional de Gobiernos Locales?

    En la misma sesión en que se redujo el costo de estar afiliado a la Unión se acordó hacer una auditoría externa que implique una reingeniería administrativa, financiera y legal a petición del alcalde de San Ramón, Nixon Ureña.

    Parte de esa auditoría contemplaría revisar contrataciones de consultorías hechas a figuras de Liberación Nacional, viajes al extranjero y rebajo de salarios a algunos colaboradores de la institución. Todo ello aparentemente ocurrió mientras se recalificaron y aumentaron salarios de otros colaboradores.

    Si nos vamos más atrás, en diciembre del 2018 se reformaron los estatutos de la UNGL para que “grandes” municipalidades se afiliaran. A ellas les implicaba pagar sumas cuantiosas por afiliarse a la Unión por lo que la reforma al artículo 51 estableció topes para aquellos gobiernos locales que tuvieran presupuestos de 11 millones de colones en adelante.

    Por ejemplo, San José está en el rango de presupuestos mayores a 60 millones de colones y paga entonces 60 millones anuales por la afiliación.

    El ingreso de San José a la UNGL en el 2020 coincide con la Asamblea Nacional de Municipalidades.

    En la nueva Junta Directiva resultan electos 9 integrantes propietarios verdiblancos, uno del Partido Auténtico Limonense (Néstor Mattis, antes del PLN) y solo uno de la Unidad Socialcristiana.

    Al año de estar San José afiliada, su alcalde Johnny Araya asume la presidencia y la vicepresidencia recae en otra liberacionista, Lissethe Fernández, alcaldesa de Jiménez.

    Dos meses después la estructura jerárquica política de la Unión integrada por 22 autoridades se renovó, pero se mantuvo la misma jerarca en la Dirección Ejecutiva.

    Cómo quedaron las cosas no le habría agradado mucho al Alcalde de Cartago ni a autoridades locales de otros cantones. Empiezan las desafiliaciones bajo el pretexto de su alto costo. Es cuando Redondo alega también que no se siente representado políticamente por la organización.

    Lo insinúa también el nuevo presidente de la Unión, Johnny Araya, cuando a Radio Columbia dijo el miércoles 2 de setiembre: “salidas de la Unión tienen un componente político”.

    Quizá mientras no estén los resultados de la auditoría externa (que deberá quedar contratada el próximo mes) se mantenga la paz en la Unión Nacional de Gobiernos Locales, pero es claro que en la Vieja Metrópoli surge un líder fortalecido y diestro, quizá incluso para pensarlo en posiciones aún de mayor responsabilidad.

    El mismo expresidente legislativo no lo descartó cuando conversó con La Reacción el viernes 14 de agosto.

    “Ya habrá tiempo en otra oportunidad y fuera de horario laboral, para hablar quizá de esos temas, que ahora no lo puedo hacer, a pesar de las tentaciones que usted le pone a uno en el camino”.

    Las aguas no se tranquilizan aún dentro de la Unión, pero sin duda la lucha común del régimen municipal contra la propuesta del Gobierno en la negociación con el Fondo Monetario Internacional de triplicar el cobro del Impuesto de Bienes Inmuebles pueda hacer que las banderas se depongan, a la espera de nuevas razones (¿excusas?) para salirse de la organización … al menos por esta semana.

    Hasta la próxima DESDE LOS CONCEJOS.

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