Un contrato social hacendario: la fórmula de “Memo” Zúñiga frente a la crisis
Se trata de una mezcla entre “cerrar las ventanas contra la elusión fiscal”, elegir los impuestos menos agresivos para las clase media y baja, y negociar un acuerdo con el FMI a la medida de Costa Rica.
Por Jarmon Noguera González. jnoguera.prensa@gmail.com dchcambronero1@gmail.com
¿Cómo llegamos acá?
“El problema que tenemos hoy lo hemos venido arrastrando por mucho tiempo, solo que la pandemia nos dejó en paños menores. El problema se resume en que los ingresos son insuficientes para atender las obligaciones”, expresó el exministro con lo que inició lo que considera podría ser una ruta para salir de la crisis, la cual eso sí enfatizó, “se debe pisar el acelerador”.
Por eso destacó que desde su perspectiva el Ministerio de Hacienda debe verse como un conjunto con el desarrollo social y el desarrollo económico, no solo como el que recoge dinero, porque todo debe estar relacionado, es decir pensar en la recaudación para lograr el desarrollo y con ello el bienestar de todo el país.
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“Hacer política hacendaria en democracia tiene que ver con las vías democráticas de los acuerdos políticos para repartir las cargas y los beneficios de la política hacendaria”, considera Zúñiga.
¿Funcionan las leyes actuales?
Zúñiga considera que “de una u otra forma las leyes actuales han llevado al borde del barranco la economía del país ya que tienen muchos problemas.
“Hay muchas ventanas que le permiten a la gente caer en la elusión y es urgente que se haga algo para frenarlo.
Las leyes tienen un montón de huecos, parecen un queso suizo y entonces los contribuyentes usan los escudos fiscales para no pagar todo lo que tendrían que pagar. Aquí hay diseños que hay que precisar y corregir”, comentó.
“Se deben traer a los mejores tributaristas para decirles que cierren todos los boquetes que tienen las leyes”.
Además “como hay muchas leyes creadas que obligan al Gobierno Central a hacer transferencias a instituciones o entidades pero no se da contenido presupuestario, no se dice de dónde sale”.
“A esto se suma el hecho de que hay una gran cantidad de impuestos que no están dando lo que deberían de dar, que no están rentando lo que se esperaba y es más caro administrarlos”.
Zúñiga se pronunció a favor del proyecto-crédito Hacienda Digital por cerca de 157 millones de dólares con el Banco Mundial, pero fue vehemente en lo siguiente: “No solo es la tecnología conseguirá la transformación digital. Hay que repensar los procesos administrativos y la institucionalidad del Ministerio de Hacienda”.
“No se le puede poner un motor 2021 a un carrito del siglo pasado”, asegura.
¿Es necesario el diálogo social?
En este sentido destaca que desde aproximadamente mayo de este 2020 se volvió urgente el diálogo nacional, el diálogo entre todos los sectores, para que la democracia que ha vivido el país se mantenga y se defina una ruta en que la mayoría esté de acuerdo para sacar al país adelante.
“Y este punto hay muchas cosas que se deben tomar en cuenta, porque a la gente no le gustan los impuestos, pero tampoco quiere perder los derechos o beneficios que actualmente se gozan por diferentes leyes.
“Es un ejercicio que hay que hacer, empezar a revisar, casi que hay que hacerlo línea por línea, hay que tener mucho cuidado de cómo se hace la parte de los ingresos, porque puede tener impactos en el Desarrollo Económico y en el Desarrollo Social”, enfatizó Zúñiga.
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Esta óptica debe ser base de las discusiones, para lograr un acuerdo que lleve a un buen puerto y en que se logre sanear las finanzas, pero también una satisfacción en los diferentes actores de la sociedad.
¿Cómo se llegó a la deuda en que estamos?
La deuda tan alta que se tiene en la actualidad y que es la que tiene al país en medio de una crisis puede tener una serie de orígenes que ahora es cuando se deben de corregir.
Dos de esos orígenes, desde la perspectiva de Zúñiga, son los problemas de que los ingresos no son suficientes para pagar y que hay una porción muy grande de los gastos que son intereses. Eso deja poco margen para atender el resto de necesidades.
Pero, además, “una serie de fallos judiciales interpretan endeudamiento como ingresos probables, pero esto cambia en la discusión de la reforma del 2018 cuando la Sala Constitucional determinó que el equilibrio financiero del Estado es un derecho fundamental”.
¿Qué impuestos aprobar?
En este punto hay que pensar muchas cosas respecto a cómo lograr obtener nuevos ingresos y si se debe de dar la aprobación de más impuestos.
Al respecto Zúñiga hace una serie de reflexiones: “No es lo mismo financiar el Estado con impuesto de renta que con impuestos de valor agregado, los efectos son distintos y por eso se debe discutir muy bien qué hacer”.
Además “se debe tomar en cuenta que no es lo mismo gastar en remuneraciones que en infraestructura, son efectos distintos por lo que la gente percibe y recibe.
Es fundamental entender que “se han dado muchos derechos a los ciudadanos (a través de muchas leyes) y eso da felicidad al pueblo, pero no se ha identificado fuente para financiarlos. Eso crea un boquete fiscal que hay que resolver”.
“También hay que pasar a la renta mundial y dejar la territorial”, concluyó.
¿Es gasto o es inversión?
Lo anterior hace que el análisis se deba hacer con un cuidado especial de qué es considerado un gasto que no deja réditos y qué una inversión que traerá algún tipo de beneficio para el país o la misma administración pública.
“Se asocia invertir con varilla y cemento”, lo que es un problema muy grande, porque hacer el hospital y equiparlo es una inversión, pero pagarle al médico y capacitarlo es un gasto corriente. Esta percepción debe cambiar. ¡Esto es una discusión mía vieja hasta con el Fondo Monetario Internacional¡
Y también destaca que la calidad del servicio al ciudadano es muy importante para que esté dispuesto a aportar, si el ciudadano ve que las carreteras están bien pagará el marchamo con gusto.
Y en esto hay otro punto de gran importancia que quien esté en el gobierno debe lograr hacer ver que “la plata que estamos usando se está usando bien, desde el punto de vista de efectividad en el uso de los recursos”, afirmó Zúñiga.
¿Son solo impuestos la solución?
Zúñiga dice que “si bien es cierto, puede ser necesario que se deban buscar formas de captar recursos frescos, lo cierto del caso es que antes lo que se debe de hacer es “cortar el gasto, pero no puede ser en pago de intereses, porque eso nos haría quedar mal. Entonces quedan transferencias, remuneraciones, equipos e infraestructura”, indicó el economista.
Nuevamente en esto el diálogo social vuelve a salir a relucir y es necesario que se pueda “participar en discusiones sin prejuicios y medir si lo que estamos gastando en salud, programas sociales, está bien o se puede modificar”.
Además también se debe de ver la posibilidad de reagrupar programas sin dejar de dar los mejores servicios.
“Hacienda debe de tener una integración absoluta con el desarrollo, el Ministro de Hacienda debe estar escuchando al resto de ministros que hacen política”, enfatizó Zúñiga.
¿Cómo debe ser un acuerdo con el FMI?
Finalmente Zúñiga no ve mal negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero aquí el punto es que “se nos va a pedir un programa creíble”.
“Significa que como país se debe desarrollar una propuesta con compromisos de cumplimiento de autoridades y ciudadanos”, indica.
“Es decir que se debe alcanzar una negociación a la medida del país, adecuada a la situación actual y eso le corresponde al gobierno lograrlo.
En pocas palabras con todo lo expuesto por el exjerarca de Hacienda: “es lograr un contrato social sustentado en un pacto fiscal, de otra manera no hay forma de sostenerlo”.
Fotos: Cortesía de Carlos Revilla, dirigente y columnista del PLN.