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    Las frases de la página principal están recopiladas en el texto Contra periodistas, del escritor y periodista Màrius Carol. Editorial edhasa.

    Ayer la luna, hoy la vacuna

    Por: Ayleen Navarro Castillo.

    A simple vista podría creerse que la carrera por desarrollar la vacuna contra la Covid-19 es solo en procura de salvar vidas y viendo un poco más allá, para iniciar la recuperación de la economía global.

    Pero la historia demuestra que los hitos científicos siempre han sido empleados para fines políticos. De hecho esa dimensión de la ciencia ha contribuido a construir el concepto de geopolítica.

    Los estados que despliegan o participan en proyectos para hallar la ansiada vacuna (en definitiva la única solución real para la pandemia) encontraron una nueva herramienta para alcanzar la máxima relevancia geopolítica. Vinculados con las farmacéuticas, buscan a través alcanzar un poder global.

    Eso no es todo. Quien logre posicionarse en el mercado a un bajo costo y en un volumen apropiado para la totalidad de la población mundial logrará un hito trascendental.

    La Reacción abordó el tema con los expertos en política exterior, Carlos Murillo y Carlos Carranza, y ambos comparten la existencia de una doble confrontación política ante la distribución de la vacuna, primero entre países en búsqueda de acaparar la mayor dosis posibles y a lo interno de los países, una disputa entre los distintos grupos de la población para obtener la vacuna.

    La continua disputa entre las tres superpotencias China, Estados Unidos y Rusia se percibe con la competencia acelerada de crear una vacuna para ganar puntos en el escenario político internacional en un corto plazo.

    Rusia se adelantó en tal carrera provocando un fuerte golpe de timón como lo ocurrido en la carrera espacial en la década de 1950, no es casualidad que su proyecto para desarrollar la vacuna lo hallan bautizado Sputnik V. Carlos Carranza explica que la tradición de Rusia en establecer estrategias de acción antes de los otros países “se consolida con el pensamiento sagaz de Vladimir Putin, un líder tratando de crear confianza en el plano internacional”.

    Por otro lado, China ha especificado que tardará un poco más para realizar las pruebas necesaria y cuando esté probada comenzarán a distribuirla a nivel mundial mediante su venta, dado que este país aprovechará la pandemia para recuperar el dinamismo de su economía.

    En cambio, la estrategia Estados Unidos ha sido más a lo interno, debido al factor de campaña electoral como método utilizado en la búsqueda de la confianza de la ciudadanía estadounidense.

    Como menciona Carlos Murillo “como consecuencia de la creciente globalización, y a su vez de la interdependencia se ha perdido la noción de la geopolítica”, la cual sigue siendo un factor determinante en decisiones y acciones. Sin embargo, el proceso de la globalización se ha visto revertido en esta pandemia hasta retornar a los nacionalismos, donde impera más el “mi país primero debe estar protegido ante la enfermedad” antes de encontrar una solución mundial, sin pensar en la humanidad.

    Siguiendo tal teoría, la lógica de Donald Trump y su doctrina de seguridad “América Primero” ante la posibilidad de una posible vacuna que provenga de China, es probable que su discurso vuelva a culpabilizar al gigante asiático, pero con un cambio, estableciendo la búsqueda lucrativa por medio de la vacuna “del mismo virus que crearon”.

    Ante esta problemática de nacionalismos y la distribución de la vacuna, se posicionan como solución la globalización y el multilateralismo, junto al fortalecimiento de organizaciones multilaterales para la coordinación de acciones a nivel de salubridad. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) enfrenta problemas de credibilidad, debido a errores de comunicación y de toma de decisiones.

    La coyuntura de una nueva gripe desconocida en China a finales del 2019, era un mal precedente para Estados Unidos, y eso terminó de afectar a la OMS en su imagen internacional debido a su supuesto nexo con ese país.

    Ello lo ejemplifica Carlos Murillo al señalar que el manejo erróneo de la pandemia por parte del gigante asiático provocó un “grave error de comunicación y de toma de decisiones de la OMS para el momento clave y no supo qué hacer por ese condicionamiento que le hacía China”.

    Para enfrentar tal obstáculo se requiere de un reacomodo institucional, debido a que la importancia de esta organización va más allá de la pandemia. El fortalecimiento de los programas de salud enfocados en países en desarrollo cobrará mayor importancia para mantener el nivel de salubridad mundial en las óptimas condiciones y para ello, se requiere una estructura multilateral con recursos.

    Ante este escenario internacional, Murillo y Carranza aseguran que Costa Rica tiene como desafío establecer su liderazgo en dos rangos: desde lo interno requiere un Gobierno que pueda comunicar las decisiones para que toda la población entienda la ruta a seguir.

    Por otro lado, debe establecerse como un país con relevancia geopolítica al demandar a las tres superpotencias acciones pensando en la humanidad y no basado en la búsqueda de poder.

    Carlos Murillo especifica que “Costa Rica debe de seguir una política preventiva con una política de llegar a toda la población independientemente de su clase social, teniendo un Estado previsor para los próximos años”. Asimismo, establecer una política de cooperación con países más grandes y compañías más pequeñas para mejorar las negociaciones.

    Costa Rica, representada por el Ministerio de Salud y el Ministerio de Relaciones Exteriores ante la negociación de la vacuna contra la COVID-19, detallaron que se encuentran en contacto con seis casas farmacéuticas en última fase en el proceso de prueba.

    Ellas son AstraZeneca (con sede en Reino Unido), Pfizer (con sede en Estados Unidos), Sinofarm (con sede en Serbia), Moderna (con sede en Estados Unidos) y la anteriormente mencionada, Sputnik V (Rusia).

    Para adquirir la primera vacuna que esté lista en el mercado internacional, el Gobierno de Costa Rica reservó un primer presupuesto de ₡7.200 millones (deben aprobarlo los diputados dentro del tercer presupuesto extraordinario). Además, Costa Rica declaró que el país se sumó al acuerdo internacional COVAX que asegura el acceso a las vacunas impulsado por la OMS.

    Al respecto hay que enfatizar que si en el pasado la inversión fue una prioridad ante las enfermedades de la gripe Aviar o el SARS a nivel mundial, en este momento la vacuna contra la COVID- 19 puede tener un proceso más rápido debido al nivel de experiencia y confianza que los laboratorios podrían haber adquirido.

    La inversión en investigación por parte de los países, principalmente la médica, ha sido cada vez menor. La tendencia a la baja en el presupuesto destinado provoca tensión en la seguridad social.

    La vacuna es, entonces, una nueva herramienta de control geopolítico. No obstante, más allá de la distribución de la vacuna, cobrará relevancia el tema de salud en el plano internacional. El reto estará en atender a la ciudadanía y no convertir la salud en una mercancía que se transforme en la privatización de los sistemas de salud. En esta pandemia, vemos las consecuencias.

    Amplíe criterios y perspectivas sobre el tema a continuación con las entrevistas que La Reacción sostuvo con los expertos consultados para este artículo, Carlos Murillo Zamora y Carlos Carranza Villalobos.

    Comentarios
    • Bueno aquí sigue la pasión por rastrear la noticia y llevarla al público puntual y honrada. Felicitaciones estimado Danilo y a todo el estaf .

      septiembre 21, 2020

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