Elizabeth Briceño: No la detiene ni un tren

Su temple y determinación no son casualidad, sino el fruto de un ser humano aferrado a la vida y acostumbrado a luchar, que en poco tiempo en el Instituto Costarricense de Ferrocarriles ha demostrado que no hay dificultad que valga cuando se planifica, hay metas claras y se cuenta con un equipo comprometido.

Su historia de vida es un ejemplo de valor y de unión familiar. Perdió a su papá (Alvaro Briceño) cuando apenas tenía un mes y medio de haber nacido, su madre (Doña María Otilia) tenía en esa época apenas 32 años y le correspondió sacar a sus cuatro hijos (Elizabeth, Lidiette, Francisco y Alejandra) adelante.

La vida les llevó a residir varios años en Bolivia y justo ahí, cuando Elizabeth tenía 17 años y cursaba un exitoso quinto año de colegio, le sobrevino la enfermedad de Guillain Barré.

Ese padecimiento ataca el sistema nervioso y la obligó a aprender de nuevo a gatear para caminar de nuevo.

“Estuve parapléjica, no podía mover del cuello para abajo, pero estaba lúcida de lo que estaba pasando. El promedio de vida era que 6 de cada 10 personas morían pasadas las 24 horas, yo sobreviví y se lo dejo a Dios. Esa enfermedad me ayudó a dimensionar la familia y a entender muchas cosas.

Primero lo que es realmente un obstáculo real y no hacerse un mar de lágrimas por cosas insignificantes, y segundo, que hay que buscar el milagrito del día para salir adelante, uno no se da cuenta de lo millonario que se es al tener a la madre viva, a sus hijos al lado, al poder hablar con alguien, poder estar en desacuerdo y tener la inteligencia para tener su propia opinión”.

La unidad de su familia fue vital en su recuperación, también el apoyo de sus compañeras de colegio en Bolivia, quienes incluso postergaron la graduación para que ella pudiera estar presente. Pero también el ejemplo de su madre que hoy a sus 80 años es sobreviviente de cáncer y aún ahí nunca dio un paso atrás en su lucha de vencer las adversidades.

Sin sospecharlo, superar duras etapas durante la juventud le forjaron carácter para misiones casi imposibles en Costa Rica.

Luego de ocupar la Dirección de Planificación y la Gerencia Administrativa, sin pedirlo le ha tocado llevar al Incofer a una nueva estación: la modernización.

La Dama de Hierro

En una amplia entrevista con @lareaccioncr, Briceño Jiménez dice que en el Incofer se asegura que no se es “ferroviario” hasta que no le ponen un apodo.

“Don Héctor” (el Despachador de Trenes con 40 años en la institución) la apodó La Dama de Hierro, cuando les relató que había conseguido financiar la compra de los trenes nuevos en el 2017.

Esta funcionaria pública de 25 años de experiencia ve la planificación y el recurso humano como los complementos para el éxito.

Sobre la fuerte oposición que en el tren eléctrico metropolitano enfrentó, dice que “no tiene cajita blanca”.

“El ferrocarril se lleva en la sangre, desata pasiones en pro y en contra. Hace poco publiqué una foto de cómo se veía el tren cuando tenía 7 años, cuando el viaje a Puntarenas era el premio de fin de año. Ese mismo sentimiento es el que alberga el avance del ferrocarril ahora”, dijo Elizabeth Briceño, presidenta del Incofer.

Además de la traída de los ocho trenes nuevos desde China, la labor de esta jerarca se ha traducido en reforzar la seguridad ferroviaria que ha conducido a una disminución de los descarrilamientos y accidentes.

Espacios para La Mujer

Además de liderar una institución, a lo interno Briceño ha promovido una apertura para la mujer en una rama donde tradicionalmente han sido hombres quienes dominan.

“Uno quisiera mayores oportunidades para las mujeres en un área de rama dura, donde usualmente se visualizan hombres. Desde mi ingreso se abrieron oportunidades a más mujeres.

Tenemos a la primera mujer que se capacita como maquinista, en la historia solamente hubo una en 1943 y ahora en el 2021 esperamos graduar a la segunda. ¡imagínese! Es impresionante todo lo que se debe hacer. También contamos con una jefa de vías y una ingeniera encargada de la logística para la llegada de los lotes de trenes”.

Cuando le llegó la oportunidad de asumir la Presidencia Ejecutiva, Doña Eli (como le dicen de cariño en su entorno) no pensó que se mantendría en dos gobiernos.

En ambas oportunidades tomó la decisión con el respaldo de su familia, aunque el costo de dedicarse al cargo fue alto, pues la dedicación “24/7” pudo incidir en su separación tras 23 años de matrimonio.

Rehúye contestar si quisiera mantenerse en el cargo más allá del 8 de mayo del 2022, pero le alegra recordar que ha trabajado con muchos ministros de diferentes partidos políticos, porque se debe a hacer las cosas bien, no por el gobierno de turno sino porque el país se lo pide.

Después de superar casi todo en la vida su fórmula hoy es sencilla: hablar, escuchar y a veces “ser duro”.

Aquí puede repasar la entrevista que @lareaccioncr sostuvo con Elizabeth Briceño el pasado jueves 21 de enero.